El calcio, ¿ayuda a quemar las grasas?

El calcio es un “quemador” de grasas natural. ¿A qué se debe?, ¿cómo aprovecharlo en la práctica para perder peso?

Según los científicos, esto es a causa de que el calcio almacenado en las células adiposas cumple una función casi ignorada, pero importante, para la disolución y utilización de los lípidos.
Los estudios disponibles prueban que el calcio cambia la efectividad de las dietas, que vuelve el coeficiente de pérdida de peso mucho más alto, y que la misma dieta pero con una ingesta de calcio menor o prácticamente nula, se vuelve mucho menos efectiva. Esto es otra demostración de la importancia de esta sustancia en nuestro organismo.

Aquellas personas que tienen una ingesta de calcio baja tienen también (en general, tampoco en todos los casos, ya que también hay que tener en cuenta otros factores y situaciones especificas de cada individuo) una tendencia a pesar más que aquellas personas con una ingesta de calcio muy alta. Más allá de esto, las personas con la ingesta más baja de calcio también eran aquellas personas que tenían un mayor porcentaje de grasa corporal, en relación con su tamaño y sus características físicas.

A diferentes edades...
A diferentes edades y en diferentes momentos de la vida, esta tendencia de la que hablábamos se mantiene.

Hace mucho tiempo que se sabía que, en los niños de edad pre-escolar y los adultos, el consumo muy alto de calcio tiene la facultad de bloquear la producción de grasa, pero solo ahora se demostró que esto va más allá de una edad determinada y también afecta a las personas que se encuentran en aquellas edades en las que el cuerpo trabaja de forma peculiar, como son la adolescencia y la pre-adolescencia. Tanto las mujeres de edad madura como las jóvenes y adolescentes, todas se ven afectadas por la relación entre el calcio -y cuánto se consume del mismo- y los porcentajes de grasa corporal que se producen y se almacenan.
Si bien la mayor parte de los estudios pusieron toda su atención en el sexo femenino, lo más probable es que lo mismo suceda en los hombres.

Calcio y Calorías
Por supuesto, con toda esta explicación no hay que caer en el error de suponer que el consumir calcio en cantidades industriales es la puerta abierta a dejar de preocuparnos totalmente por lo que comemos y tomamos; de que, con simplemente asegurarnos que estamos consumiendo calcio en niveles muy altos podemos dejar de lado todo cuidado en nuestra alimentación y dedicarnos a comer exclusivamente grasas y más grasas, miles y miles de calorías por día, con la idea de que no hay problema, total, el calcio se va a ocupar de todo por nosotros. Este es el camino a terminar tomando litros de leche por día, alimentándonos de queso y terminar pesando muchos kilos más que cuando empezamos la “dieta”.

Lo que queremos decir es que, como en toda dieta, más allá de cuán grande pueda ser nuestra ingesta de calcio, debemos tener cuidado con las calorías, llevar un control estricto de cuántas consumimos y que sus aporte diario no superen al que necesitamos para vivir.
Cuando se tiene esto en cuenta y se consume diariamente una cantidad de calorías controlada y que no sobrepasa a la cantidad que se gasta en las actividades físicas, el calcio no sólo ayuda a controlar el peso, sino que se asocia en forma activa con los mecanismos de consumo de lípidos, produciendo una reducción en la grasa corporal más acelerada que si sólo controlásemos la cantidad de calorías, sin consumir todo el calcio que necesitamos.

Y, por supuesto, en el proceso directamente inverso, un bajo consumo de calcio se asocia con una mayor tendencia a ganar peso y a un mayor porcentaje de grasa en el cuerpo. Los estudios demuestran que las adolescentes que consumen calcio tendían a pesar menos y a tener una menor cantidad de grasa corporal que aquellas adolescentes que consumían la misma cantidad de calorías, pero provenientes de otras fuentes no ricas en calcio.

Fuentes de Calcio

Una pequeña lista de alimentos ricos en calcio y que deberían ser consumidos en forma habitual y con cierta asiduidad y constancia, para ayudar a mejorar nuestra alimentación y a reducir nuestra grasa corporal.
- Quesos (de todo tipo, preferiblemente descremados)
- Leche (preferiblemente descremada)
- Helados (también dietéticos)
- Frijoles Cocidos
- Legumbres secas
- Higos secos
- Brócoli
- Vegetales de hoja verde y oscura (casi todos)
- Huesos blandos de peces, como los del salmón enlatado
- Cáscara de huevo
- Yogures
Importante: Como en toda circunstancia que se relacione con nuestra salud, es importante que consultemos a nuestro médico antes de empezar cualquier dieta o de tomar cualquier decisión que afecte a nuestra alimentación, ya que debemos evitar todo riesgo de afectar nuestra salud negativamente. Y nadie nos conoce tan bien como nuestro médico de cabecera o nuestro nutricionista; ni nadie nos va a aconsejar tan bien como ellos.Lo que dijimos anteriormente es cierto en toda circunstancia, pero se vuelve especialmente importante y a tener en cuenta si estamos pasando por un embarazo, tenemos menos de dieciocho años, estamos dando de mamar o tenemos algún problema de salud particular. En estos casos, es aún más importante que consultemos con nuestro médico de cabecera antes de iniciar cualquier plan para perder peso. Ningún artículo puede suplantar a una visita al medico, y nosotros no podemos aconsejar como él si lo puede hacer. Siempre debemos consultar a nuestro médico durante cualquiera de estas circunstancias que hemos nombrado, donde la salud es especialmente delicada.